Forjar una cultura organizacional basada en el bienestar es un trabajo del día a día que impulsa Merck, Sharp & Dohme -conocido como MSD fuera de EE. UU y Canadá- desde hace 130 años, bajo el propósito de salvar y mejorar vidas. Este es uno de los apartados que se miden en el pulso organizacional que realiza MSD bianualmente y que están incluidos en el scorecard de la compañía como parte de la estrategia de Ambiente, Sociedad y Gobernanza (ASG). 

De estas mediciones con el equipo de Centroamérica y Caribe, se han identificado tres grupos de trabajo orientados a fortalecer: una cultura de speak up que permita tener una escucha activa de las necesidades de la gente y garantizar un espacio centrado en ética; un proceso continuo de simplificación en donde sea posible optimizar tiempo y esfuerzo; y una agenda de bienestar que contribuya de manera integral con colaboradores que decidan estar bien desde todo punto de vista. 

“Creemos que la clave del éxito es involucrar directamente a las personas para saber qué necesitan y cómo podemos agregar valor como empresa. Estos grupos mantienen un plan de trabajo anualizado, con presupuesto independiente y con equipos compuestos por colaboradores que se han integrado de manera voluntaria para construir un espacio laboral que impulse este equilibrio vida-trabajo. Los tres grupos tienen como sponsors a representantes del equipo de liderazgo que promueven y empoderan las iniciativas”, comentó Elisaul Perdomo, Director General de MSD para Centroamérica y Caribe.  

De aquí han salido diferentes iniciativas como por ejemplo la definición de un tiempo de enfoque sin reuniones para poder desarrollar tareas administrativas y estratégicas, actividades deportivas, optimización de procesos, estandarización de beneficios y regreso híbrido a las oficinas. “Gracias a un plan de trabajo consistente y un esfuerzo intencional por brindar equilibrio vida- trabajo, hemos visto un claro aumento del compromiso de los colaboradores”, finalizó Elisaul Perdomo.